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lunes, 20 de diciembre de 2010

LOCOMOTORAS DE TUMÁN


En la época en que los jesuitas eran dueño de la hacienda Tumán la caña era transportada por bueyes y carretas. Pasó el tiempo y se adquirieron dos palas mecánicas, que en parte ayudó a mejorar la producción del azúcar, pero su manejo fue muy peligroso y motivo por el cual dió como saldo varios trabajadores muertos.

Todo esto cambió drásticamente con la llegada de las locomotoras, por que gracias a ellas se redujo grandemente las posibilidades de accidentes, y también influyó enormemente en la economía de la hacienda de Tumán, tanto fue el crecimiento económico que la pequeña fábrica no se bastaba para procesar toda la caña que se recolectaba, razón por la cual tuvo que ampliarse el trapiche.

Las locomotoras fueron adquiridas cuando la Familia Pardo era dueña de la hacienda Tumán, ya que gracias a sus gestiones económicas adquirieron estas máquinas; la cantidad de locomotoras que había fue un total de 10, que fueron adquiridas año tras año, estas locomotoras eran de procedencia americana. La primera locomotora llego en 1910, la misma que fue bautizada con el nombre de Diego Ferré. En el año de 1941 había ya 7 máquinas.

Los accidentes ferroviarios eran muy escasos, y principalmente se daban en las líneas férreas portátiles, ya que estas a veces no estaban colocadas correctamente. Fue un avance económico y tecnológico para la hacienda Tumán; económico, por que aumentó la producción de caña y tecnológico por que se trajo tecnología innovadora para las faenas del campo. Estas locomotoras fueron vendidas paulatinamente a diversos departamentos del Perú para adquirir los tráiler que eran mucho más rápidos que las locomotoras y tenían fácil acceso a los sembradíos de caña.

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